La sombra de tu sonrisa,
quedó dibujada
marcando los contornos de tus labios
en las paredes de mi memoria.
Las ondas difusas de tu voz
quedaron suspendidas en la habitación,
y ahora me murmuran, “te quiero”
levitándome a la gloria.
Puedo disfrutar de ti
cuando mi alma se encuentra sola,
siempre mis ansias se llenan de ti
al saborear la miel que dejó tu boca.
Tú me das
compañía en mis soledades...
Tú me das
la luz en mis oscuridades.....
Tú me das
calor en mis glaciares....
Tú me das amor eterno
que hacen que nuestras almas,
sean inseparables.
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