Déjame sentir tu ausencia
sin que presienta tu olvido
y en mis más caros sueños
rodear tu talle encendido,
para luego gozar con mis labios
tu cuello, tus hombros,
tus pómulos, tus brazos
y tus ojos dormidos.
Transitaré en tus neuronas
como de un pétalo se resbala el rocío
y escanciaré mis palabras
igual que un suspiro fallido.
Permíteme poblar tus sueños
ahora que estás tan distante,
tan lejos de mi cuerpo, tan cerca
de mi alma y tan pronta al olvido.
Deja enredarme en tu pelo,
en tu rostro, en tu piel
y tejer con mis sueños un nido.
|