Atardece...
Con la caricia liviana
del sol sobre mis manos,
se enternece....
entornando el cielo en su ocaso
la noche,
se crece...
dejando nimias lagunas rojas
donde mi mirada
se pierde...
y allí,
mirando a ninguna parte,
parten las aves de mi alma
con un beso en su plumaje.
Y sin echar la vista atrás ,
comienzan el viaje,
con destino a tus labios
y en la distancia poder besarte.
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