Mientras viva aquí,
mientras habite entre este prójimo
que coloca tuercas a los sentimientos,
que amarra las ilusiones en cada esquina,
que en cada hidrante encadena la pasión sentida,
que juzga sin ser juez el ser de los demás.

Mientras viva aquí,
mientras more en esta sociedad
que nubla la esperanza de la vida,
que niega la sonrisa de los locos al tenderte
las manos sucias suplicando una limosna,
que pasa de largo ante los borrachos
aparcados en todos los faroles,
que voltea hacia el otro lado al tropezar
en lo oscuro de la noche con alguna ramera trasnochada.

Mientras viva aquí,
sin remedio ni boleto de salida,
esconderé en mi rostro las risas y las lágrimas,
ahogaré en mi garganta el grito que gritar quisiera,
seré la razón de la cordura en la locura inmensa de amarte.

Mientras viva aquí,
te pondré por los caminos todas las señales,
para que llegues a mis risas,
para que seques todas mis lágrimas,
para que mis gritos sean los susurros del te quiero,
para que el amor sea el pasaje hasta tu sexo
y mi locura... una bendita locura por ¡tenerte!

Mientras viva aquí,
sin remedio ni boleto de salida...


Migdalia B. Mansilla R.
Fecha: en el tiempo me quede por vivir aquí.
Enero 22 de 2004

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