Cruzando va una gaviota
las invencibles murallas
de la “Tacita de Plata”.
Se me posa en la Alameda,
se me baña en la playa
y busca por Columela
por el muelle y por las plazas
recuerdos que guardan su alma.
Sobrevuela Puerta Tierra
Buscando su Bahía de nácar.
Se posa, sobre las salinas
sobre las salinas blancas.
Su musa y su fantasía
le hacen escribir versos
en las quillas de las barcas
que van rumbo hacía la orilla
del Puerto de Santa María,
pueblo donde nacieron sus alas.
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Cenizas de gaviota muerta
Sobre las aguas ya bailan.
Cenizas de libertades soñadas.
Cenizas del gran poeta
que en su Bahía descansan.

Olas con revuelos de volantes
blancas, almidonadas
y pasacintas de algas
le van meciendo su alma.
Quejidos de mil guitarras
suenan al despuntar el alba.

Descansa el poeta, descansa
En sus aguas gaditanas.
Descansa el poeta, descansa
A la orilla de su España

Mercedes A. Alexandre