De allí vengo,
de la más serena tranquilidad,
donde la calma es amortiguada
con caricias de agua,
sosteniendo un débil y flotante cuerpo,
como pluma que viaja con la brisa
y es acunada con los sueños.

De la deliciosa obscuridad,
donde mis sentidos,
eran cuidadosamente atendidos,
cubiertos por ese aterciopelado
velo de silencio.
Durante nueve meses
albergada en mi burbuja materna,
para que un buen día,
sin previo aviso,
una inesperada energía
me empujaba hacía un túnel estrecho,
asfixiante,
aplastante,
obligándome a salir
fuera de mi paraíso,
conduciéndome al final de la paz,
en la que yo moraba.


Derrepente, estruendo,
un espantoso ruido,
¡que dolor! esto no lo quiero,
una intensa luz
cerraban mis ojitos,
y miles de sombras
me acechaban como espectros,
quiero volver, donde la obscuridad me cobija,
me envuelve con sus brazos
resguardándome del miedo.

Así que, cuando me preguntan:
-¿por qué en la obscuridad?
si es sinónimo de fúnebre,
de dolor, de terror,
de malos sentimientos.
-Entonces yo respondo:
Porque allí es donde mi espíritu levita de su cuerpo.
Es donde suelo pasearme por la isla de los sueños,
inundando mi alma en el más placentero sosiego,
Porque en la obscuridad ... yo resplandezco.

Indark (shinning)