Era una noche azulada, como el mar cuando esta en calma
en un rincón del Paraíso, escondidos entre la zarza
estabas tu y tu amada.
La besabas a escondidas, ocultando la cara
entre suspiro y suspiro, le robabas hasta el alma
robándole en cada beso, la inocencia conservada.
Ella fruta verde todavía, no entendía del pecado
tu zorro viejo y tramposo, querías robar su tesoro.
ese que ella guardaba para su amor,
ese amor soñado en la inocencia de los 12 años
Desfloraste la margarita, una a una las hojas
recreándote en su manto virginal, para después desecharlo
le cortaste hasta el tallo, marchitando su frescura.
arrancando sin piedad toda su hermosura.
La niña dulce y hermosa,
se transformo en una Diosa del Pecado
vendiendo su cuerpo a quien quiera alquilarlo
vengando en cada hombre, la virginidad que tu le habías robado
Te odiara toda la vida y hasta después de la muerte,
ella y el niño abandonado,
fruto de tu engaño
cuando ella seguía soñando, en un príncipe imaginario.
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