Ayer en la tarde, estuve unos minutos frente al mar, baje las escaleras que me separaban de la vida moderna y mis pies tocaron la arena mojada.
Allí te vi mi querida y amada soledad, cuando las aves marinas casi tocaban con sus alas las aguas y las olas reventaban mojandome los pies, solo se escucho el ruido del mar y el gaznido de algunas aves que por allí volaban.
Hacia calor pero la brisa del mar me refrescaba, y me quede muy quieta mirando a lo lejos las 3 islas que están cerca de mi .

Tuve la oportunidad de ver el crepúsculo y sol cuando se oculto, llegaron las sombras de la noche y allí sentada meditando, pensé en tu inmensa bondad que me permite ver en mi interior la destrucción de un alma que quiere resurgir de entre las cenizas para comenzar una nueva vida, sin mentiras, sin nada en las manos solo la necesidad de vivir y fue entonces que una sonrisa apareció en mi cara porque estoy desnuda del alma pero con la confianza que me da el amor hacia mi.

Maria*