Quiero contemplar
el amanecer en tus pupilas,
que en cada despertar
desayunemos nuestras miradas,
y almacenar en mi despensa
las sonrisas que me da tu alma.
Quiero ser especias en tus comidas
y con garbo, aliñar tu ensalada,
sería tu menú de cada día,
y sus aromas, mi fragancia.
Quiero ser alimento de tu vida,
nutrir tu corazón
y tus heridas sanarlas,
con salero al mal tiempo,
y con dulzura a la buena cara.
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