Volví a ver el almendro en flor,
gentes con arrugas en la cara,
la ermita a la salida del pueblo,
los campos con olor aprimavera,
ruido en el molino de almendras,
de cerca las agrestes montañas.
Recordé tiempos pasados, amargos,
de trabajo, soledad y rabia,
de esfuerzos por demostrar siempre,
que allí me daba a mi profesión
que solo mi vida me importaba.
No estar inmersa en politicas,
que no conducen nunca a nada,
que para mi todos son iguales,
tanto en condicion social y raza.
También hubo tiempos buenos,
en que todo el mundo me adoraba,
así es la vida en los pueblos,
cuando esperan de ti milagros,
cuando no ven que eres humana.
Aún queda gente buena en cada casa,
gente que sigue su vida cotidiana,
y que tambien piensa en los demás,
es esa la gente que echo en falta,
porque te dan su amistad y cariño,
gente a la cual siempre daré grácias.
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