AUTOBIOGRAFÍA
A Pat.O,
Siempre resultan interesantes las reminiscencias.
Acaecido mi nacimiento, a orillas del río Lempa, aprendí el oficio de platicar con las piedras y saludar con mis ojos nocturnos el corazón delirante de los árboles. Fui hecho para dibujar caminos en el horizonte, para ser siempre pasajero de ríos olvidados y cárceles herrumbrosas. Crecí con una boca urgida de lluvias y una inocencia que acumuló conjuros inefables. La fuerza de las calles me llama y el tafetán del cierzo sobre la hojarasca. Ahora sólo tengo nostalgias, escalofríos sepia como un viejo libro gastado por el tiempo. De vez en cuando me distraigo tirando balastos a la timidez. Mañana no sé qué pasará frente a la fragilidad humana. Tal vez un ramo de rosas sobre un féretro en éxtasis, sea la transfiguración del espejo. Isla Santa María, 07032004
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