Eres musa, eres corazón, mujer sublime,
y boca que en el beso se aprisiona,
eres ángel que a si mismo se redime
y la cuántica flor que me apasiona.
Eres blanco broche, la razón más pura,
en donde brotan mis sentidas rimas,
eres limpio manantial, eres ternura,
que ni en sueños mi ilusión lastimas.
He de adorar tus pies, tus blancas manos,
tus hombros esculpidos de alabastro,
he de besar el suelo, por el cual caminas
para seguir tu palpitante rastro.
Y ya rendido en mis calladas cuitas
a tus caricias y a todas tus ternezas,
seré el camino por donde tú transitas
y el pagano templo en donde siempre rezas.
|