III
Dime ¡oh! Dios, si tu esculpiste
las nubes y el mundo mismo,
si guardas en tu lirismo
el cielo que me ofreciste.
Cuéntame... cómo me hiciste,
con esas eternas manos,
a dónde los hombres vamos,
di Señor, cuándo supiste
que ibas a estar tan triste
por causa de los humanos.
IV
Con tus bondades supremas,
con tus prodigios divinos,
siembra hoy en los caminos
todas las cosas buenas,
que el mundo acabe sus penas
y se quieran los humanos,
a todos tus hijos danos
la paz,la gracia y tu manto,
que nunca se escuche el llanto
en los pueblos ni entre hermanos.
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