Hasta el cielo me engañó,
confundí
su inmenso azul por el obscuro gris;
y oscureció
el hoy,
pero ahí voy
tratando de ver claro
no importa que naufraguen mis sentimientos
que no los guíe ningún faro
al puerto,
sólo que se los lleve el viento
Mientras tanto me aferro a mí
para no naufragar
también
en el incontrolable mar,
en sus profundidades sin fin
que pueden hacer
cambiar
hasta al más dulce delfín
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