Avecilla ilusionada
que llevas el amor
en la mirada,
en las alas y en el corazón
En tu vuelo silencioso
vas tratando de alcanzar
a ese atardecer hermoso
que te hace suspirar
Esperas impaciente la bella tarde
que pasa sin siquiera mirarte,
ya tu corazón llora y se parte;
entiendes lo que sucede,
te pasa por ilusionarte,
por soñar con quien no debes
Aceptas tristemente
que ese atardecer jamás te mirará,
que son de mundos diferentes
y sola nuevamente,
a tu nido adolorida
retornarás...
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