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PROVERBIOS


PROVERBIOS
(Dedico estos versillos, a todos los amigos de palabra virtual, con los cuales he compartido la palabra;lugar merecido tiene Blanca con su cáliz)
1
Ve tras la piadosa
Palabra de Dios;
Hallarás tierra generosa.



2
Debes ser como el río :
—siempre transparente—
no zacate en podrerío.


3
Entre leyes y gobiernos
Dios nos salva
de los yugos eternos.



4
Yo, tú, el hijo:
—engendro divino—
del afán prolijo.


5
Dormir y despertar:
Almohada reanimante
En cualquier lar.


6
La oración es gozo.
Dios escucha
Su misterio glorioso.




7
Moisés la elevaba
Con atinada voz;
Luego, Dios obraba.



8
Fiel como la esposa,
Bendices con bondad
A quiern en ti reposa.


9
El pecho me enciendes;
Y, en la angustia,
Dios, me entiendes.




11
A nadie haces daño;
En digna alabanza,
Tu reino es desengaño.



12
Acércame a tu pecho;
Protégeme de tantas fieras
Que andan en acecho.



13
Tienes áureo trono;
Desde allí vigilas,
Al que horada con encono.




14
Temo al pecado:
En grave aprieto,
Señor, he estado.


15
Sólo pido justicia:
Clamor de fiel peregrino;
No del impío
Que la desperdicia.



16
En este hermoso mundo,
Hay que hacer el bien
Con destellar profundo.



18
Doblo las rodillas:
¡Oh ser protector!
Así se me revela,
El otro ser en las costillas.


19
Eres gloria que guía;
Entre amor y justicia,
Hay victoria y alegría.



20
Me libras del embarazo
—noche destructora—
de amarrar al enemigo
con fiero lazo.

21
Era esclavo y ciego:
Y me liberté
Sin propagar el fuego.



22
Haz que mi enemigo:
—atezado de enconos—
beba agua ungida
en la luz de tu abrigo.



23
Conmigo estás. Lo sé.
Tu ojo recto, Dios,
Todo lo ve.


24
Rey de la gloria:
Mar y río
Que lava la escoria.


25
Dime el camino
Para poner a salvo
Al fiel peregrino.



26
Escucha los pesares
¡y daré gracias!
Al viento de los mares.



27
Confianza que apoya;
Tu fiel compañía
Es bienhechora joya.




28
Guía en la duda,
Honroso protector:
Al alma desnuda.



29
Tú eres mi casa;
en ella la fe
no es escasa.



30
Dios es mi protector.
A ti os clamo,
Refugio redentor.


31
Eres bondad:
—segura providencia—
de la hermandad.



32
Eres gozo y alegría:
—fiel alabanza—
que la palabra guía.


33
Sincero y fiel,
Tu ojo santo
Derrama miel.




34
El verbo es diamante:
Vida del señor;
Y eso es bastante.


35
Siento tu mano;
Es el ángel
Que toca al hermano.



36
No es imposible
Tu bendición;
Ni tu corazón
Es invisible.


37
Ser poderoso:
¡Sálvanos!
Con tu amor
Misericordioso.



38
Humilde criatura
Soy entre pecadores
Buscando ventura.


39
De lo bueno es hora;
No del pecado
Que el cuerpo adora.




40
Sé que amas.
¡Vaya tu credo!
De olorosas llamas.


41
Mi ser ama
—os aseguro—
por eso mi tormento
se derrama.



42
“No cesa mi canto”
—gratitud y alabanza—
es del encanto.


43
La oración es indicio
De plegaria
Y de santo servicio.



44
Tu voz suena
En mis oídos,
Y al corazón llena.



45
Al Jordan dispones
En torrente de agua
Con filiales dones.



46
Digo por ventura:
¡Salvador mío!
Y la fe, Dios,
Se me procura.


47
Avanzo, ¡Oh Rey!
Entre tu grey.




48
Siembras esperanza:
Tu tierra Israel
Es higo y labranza.


49
¡Oh, mi padre divino!
En tu aposento,
El corazón es vino.




50
Sálvame del desconsuelo;
Y bríndame, señor, el cielo.




51
Confío, mas me asombra,
La violencia y el engaño
De confusa y agria sombra.




52
No es lamento
Este darte gracias,
Ni tormento.


André Cruchaga

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Publicado el: 06-05-2004
Última modificación: 00-00-0000


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