No temeré, tú a mí no vendrás,
muchas veces en tí me abandoné
y no me quisiste poseer...
Ahora no quieras a mi venir, ni
entres en mis pensamientos trayendo
la duda y debilidad...
Ya muchos golpes he recibido y me
toca a mí pegar es mucho lo que tengo
dentro y mi Alma fortalecida esta...
Ya no soy el cobarde que te iba a buscar,
la valentía en mí poco a poco va despertando
estoy nuevamente aprendiendo a luchar...
Me podrás rozar y hacerme tambalear
pero más fuerza de mí voy a sacar,
conmigo ya no podrás, mi dueño soy
yo y mi Guardián es Dios...
Mis Ángeles me cubren con su escudo
celestial y en mis manos colocan su
espada de luz y me guiará, y tu
obscuridad no me envolverás...
|