Perdóname por querer ser la brisa
y de esa manera quererte tocar
y acariciar así tu sonrisa...
y rozando tus ojos tan cerca,
sin que tú lo sepas,
poderte mirar,
y al mover tus cabellos, sin prisa,
con ellos jugar
Perdóname por querer ser el mar
y quererte bañar
en mis aguas calmadas,
y en grandes oleadas
mi cariño quererte entregar
Perdóname por querer que el cielo,
con toda su inmensidad
llena de luceros,
nos quiera iluminar,
y que sientas en tí esa ternura
de esta alma que te ofrece dulzura.
Perdóname por quererte ofrecer
silenciosamente mi querer...
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