Tuve una rosa en las manos
y en las manos se me murió,
y es que, mi niña no se acordó,
del día en que nos casamos.
Se fue muriendo muy lento,
mientras se fue deshojando
y aunque lloraba por dentro,
por fuera estaba cantando.
Porque si estaba contenta,
mi niña con sus amigos,
no me importa que esté muerta,
la rosa de aquel domingo.
Al fin que rosas hay cientos,
doquiera las encontramos,
lo único que siento
que mi niña no se acordó,
del día en que nos casamos.
Pero para qué darle interés
al día en que nos casamos,
si tan sólo fue en kermesse,
ya mejor nos olvidamos
que hoy se cumplió un mes,
del día en que nos casamos.
|