Cuando se hace florecer la rosa,
Las espinas se tornan pétalos sutiles;
El reloj cambia sus horas,
Porque padece de hiperactividad;
El ojo se vuelve navío,
Cuando ve la aurora en el horizonte;
La belleza de las olas nos dice,
Que el mar tiene sus propias alas;
En la almohada de los sueños,
Caballos negros galopan ebrios;
En los rieles de la fantasía,
Los trenes beben vírgenes en el crepúsculo;
Cuando la sed lame el rostro,
La coca-cola nos trasiega la nieve del Polo Norte.
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