E-mail a Vicente Aleixandre
En el lago de su memoria y la mía,
Aparece el conocimiento de Rubén.
La luz irisa el suspiro
Y de hebra en hebra, finísima,
Se hace la imagen de quien fue signo
De los diversos escenarios del alma:
El cisne de Rubén tiene mucho de Góngora.
Usted mejor que yo lo sabe: fue su vecino
De los cielos, del espejismo y el abismo.
Sé que en Rubén había ansia de tiempo;
En usted una enajenación total
Por el seno chispeante y la vocación de antever.
Dicho esto, don Vicente,
Quiero decirle como dice su poema:
Quien mira ve. Quien calla ya ha vivido
Ambos ya vivieron y edificaron torres
Hasta convertir frenéticos espejos.
Ahora, usted perdone, nos toca a otros darle salud al día
Y temblar entre las sombras con un halo de luz.
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