No es la piedra la que impide el paso,
ni esas lágrimas que ocultan la tristeza,
ni siquiera tu mirada dura impenitente...
ni el amor que pereció en la noche.
Es el muro que llevas como luto,
como imagen terrible que amenaza,
que tortura y cercena los minutos,
los mas eternos momentos de sosobra.
Cuando no logras ver que aquí a tu lado,
está la paz y sus confines desafiante,
para que vuelvas a lucir sus galas,
para que sientas que jamás el olvido,
puso rosas y carmines en la senda,
ni en las orillas del tiempo que termina.
Rompe el muro que llevas en tu adentro,
y libera ese vuelo que quiere ser tu guía.
No temas los ocasos ni tiemblen tus sentidos
ante la obscuridad que acecha
para tender la trampa y hacer de la desidia
un argumento creible.
Rompe el muro
¡Rompelo ahora!
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