Música de bandoneón herido
que en las calles porteñas me acompaña,
niebla de vacío y soledad
farol que alumbra de las noches el hastío.
Tango que te quiero... tango,
risueña mujer de vestido satinado y negro,
copla de un coplero ciego
y baile bien etrepernado en Caminito.
Dame por piedad querido tango,
los paisajes de tus parques de abandono,
dame con tu luz hiriente,
de mi nena sus besos, de su amor... retorno.
Ramal de un tren incierto
que corre solitario por el barrio de La Boca,
pasto seco de mi huerto
y merienda en un café al pie del obelisco.
Hoy recordaré contrito
que en el Viejo Almacén le di mis besos,
manzana de las luces
y jardín milonguero de cerezos.
Tango que te quiero... tango,
no quiero morir con el recuerdo de ella,
tango que te quiero tango
sé en mi soledad mi reluciente estrella.
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