La poesía, por fin, revivió en la Internet;
estamos de fiesta y de gran júbilo por ello,
y desde aquí, le doy un saludo a una gran mujer,
Anamía, claro está, quien ha hecho posible esto.
Hago votos porque sepamos nosotros, los poetas,
valorar esta fina voluntad de nuestra amiga;
privilegiados somos, dejamos aquí mares de letras.
Gracias, de corazón, hoy y siempre, Anamía.
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