Se asoma,
llega,
perdura,
se hace eterno,
el sueño,
sus caprichos,
en mi ser.
Se instala en mis recuerdos,
en todo lo que soy,
en todo lo que sueño,
dentro,
fuera,
mañana,
también ahora.
Y sigo soñando a todas horas,
sin tregua,
sin descanso,
a veces sin consuelo,
a veces sin ocasos...
Levanto la mirada,
y veo tu semblante que me atrapa,
entre lunas de seda,
entre estrellas de plata...
Sueño con ese amor que se retira,
para volver con fuerza
en la mañana,
y me quedo en tus brazos,
esperando desnudo de ilusiones,
que los besos que fueron indultados,
regresen desde el viento de levante,
hasta el lugar que tienen en mi alma.
Y no se vayan más y no se vayan.
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