Mujer que vas airosa por la vida
luciendo esa hermosura tan turgente,
mujer que eres de veras diferente,
mujer que hay que olvidar y que se olvida.
Ignoro si es que existe una medida
que distinga a una hermosa en imponente,
pero sé que al mirarte algo se siente,
dejándote la mente conmovida.
El molde lo rompieron, de seguro,
pues no he visto jamás otra tan bella.
¡Qué pena no ser joven todavía
y poderte poner en un apuro!
Se fue la juventud y fue con ella
la fuerza y el vigor y el energía.
Mas queda en mí pasión para brindarte
mi plena admiración usando el Arte.
Por ello este soneto ahora te escribo.
Podré ya ser mayor, pero estoy vivo.
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