Repasando al azar hechos pasados,
recuerdo aquella tarde en el Retiro.
El tiempo se pasó como un suspiro
susurrando romanzas. A ambos lados
los remos se agitaban, empujados
por mis brazos de hierro. Cuando miro
lo flojos que hoy están... Como un zafiro
relucían mis ojos admirados.
¡Qué dieciocho años! Maravilla.
¡Cómo rubio lucía mi flequillo,
cómo así de la mano a la chiquilla,
cómo había en mis ojos aquel brillo!
El tiempo pasa raudo y todo humilla.
¿Qué queda del ayer de aquel chiquillo?
|