UNA RAZÓN PARA EXISTIR
El otoño llega; se escucha
el correr de las hojas en el pasto
con sus colores enmohecidos
llenos de dulzura, de amor
y de dolor vuelan.
En los campos reverdecen esperanzas
ya fallidas, ya olvidadas
y del cielo se despide el bello manto celeste;
con colores púrpuras y dorados, resplandecientes
amaneceres regidos por el amor
a la vida, al ser y al estar.
En el alma una opresión, a lo inseguro,
a lo inestable, a la catarsis de los cambios.
Es ahora cuando regreso
cuando me requieren los recuerdos,
cuando los albores buscan
en los escondidos rincones.
Toda una vida resurge cuando evoco
los mensajes de amor en el tiempo,
los caminos surgidos en mi espacio
las gaviotas abriendo los cielos.
Qué es lo que torna,
qué es lo que el tiempo me pide.
Sólo busco la constancia
de la tristeza si es mi amiga,
de la alegría en mis desvelos
y la dicha por tener recuerdos y experiencias,
doblegando así la presión de mis quimeras,
de mis versos y mi espacio.
Hoy espíritu te espero llegues a la cordura,
continúes el afán de pertenecer
al mundo viviente del jardín de la calidez
madura y reflexiva.
Monserratt Casteleiro Caballero/Akacia
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