Benditas seas las manos
De un doctor que conocí,
Yo iba tan asustada si, lo digo
Pero con mucha paciencia
Me decía lo que hacía.
Y yo muy agradecida
Pues iba un poco asustada,
Era la primera vez
Que un quirófano entraba.
Mi pelo blanco, “los años”
Esto causa un respeto,
Y Usted lo supo entender.
Como soy agradecida,
Aquí lo quiero plasmar.
Y bendeciré su nombre
Lo pongo con letras grandes
Y que lo vean muy bien,
Para que tomen ejemplo.
Al enfermo hay que tratarlo
Y siempre con gran cariño,
Usted ha sido un ejemplo,
Y por eso aquí lo digo.
Este poema que he escrito
Lo leerán mis amigos de Internet,
Verán que quedan doctores,
Como el que yo aquí describo.
Alma grande tiene usted,
¡Y con todo mi cariño,
Las gracias doy, Dr. Amigo!
“Que yo nunca olvidaré”
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