El viento de la noche sopla incesantemente
Como un pájaro sobre los poros;
Los árboles entre los aires jadean,
mecen las hojas vitales, las aguas diáfanas del cuerpo.
Campeas como el mar en mis pupilas. Habitas mi pecho,
Lates y te alzas en movimiento: césped desnudo
Sobre mi cuerpo. Con el viento, dibujas el deseo;
Soplas la ciudad abierta y el pabilo desnudo bajo la luna:
soplas los bellos trashumantes de los lorocos y del tiempo,
Y la música vívida del gemido y el musgo en la boca.
Todo va crujiendo y azotando y destellando en el viento.
Los cuerpos habitados allí, profundamente en su corteza
Al filo del agua espumeante, luminosos en su ruda fragante,
Al filo de la brisa, de la noche, al filo del ascua ciega,
En el eterno signo de la carne, los cuerpos en su danza eterna.
28112004
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