Cuando nací fue una noche de luna,
que iluminaba la noche obscura,
mi madre en su regazo me tomaba
mientras mi padre me negaba.

Mi infancia fue muy parca
y mi pubertad no menos grata,
siempre sufriendo agresiones,
ofensas sin explicaciones.

Tuve que irme de mi casa,
con un ángel protector
el me daba cariño y también amor,
mas creo, que buscaba el calor
que un día, mi padre me negó.

Duré muchos años con mi salvador,
pero un día la muerte le llegó,
dejándome sumida en un gran dolor,
y llorando en las noches por ese amor.

Por mi ángel supe quien era yo,
tuve esa alegría que el me dejó
tome todo lo que la vida me ofreció,
y aun recuerdo las veces que me amó.

Ahora veo la vida mas clara,
yo no tengo culpa alguna;
soy la criticada hembra sin nombre,
porque soy mujer...en cuerpo de hombre.

Maria*