No olvides ser feliz todos los días de tu vida, sin que medre la tristeza por cosas que no tienen remedio, si has de ser feliz lo serás aun en los contratiempos, porque con ellos alimentas tus sueños de grandeza.

No niegues que el desaliento es la excusa de los pesimistas, de esos que carecen de motivos para vivir, de los que vegetan en la mediocridad de su existencia..

No desertes en todo lo que te propongas porque ello te permitirá crecer en tu interior, tu tienes el derecho de la igualdad, equidad y justicia de ti mismo, es un deber tuyo hacer valer todo tu esfuerzo ante los demás.

No renuncies a hacer de tu vida diaria un hecho asombroso, porque eres producto de la naturaleza de un ganador, si hubiera sido otro esperma el que fecundara al óvulo, no serias tu tal como eres ahora.

No dejes de creer en ti mismo como creerías en un ser supremo, la autoestima es el alimento del alma, la autocompasión es el manjar de los débiles de carácter.

No desprecies la palabras de un viejo, aprende de él, porque mas que sabiduría posee la experiencia que le ha dado la vida que tu no has tenido.

No abandones los caminos que has iniciado, recuerda que cuando lo pensaste estabas convencido que era lo correcto en ese momento, si lo haces nunca sabrás si realmente te has equivocado.

No te quejes de penas ajenas, ni hagas de los problemas de otros tus dificultades, solo da la mano al amigo que ocupa apoyo.

Que no llegue la noche sin haber sido feliz un segundo, sin haber sonreído al menos una vez en el día, sin haber sentido el amor, sin haber leído una letra, sin haber estrechado la mano de tus amigos y sin hacer de tus sueños una realidad.

Maria*