Volaba la paz y la ternura,
entre bailes de viento y alboradas,
Se obscureció de pronto el mediodía.
No fueron tres tan solo
los que mordieron el polvo,
los que extendieron la luz
los que abrazaron promesas,
los que lloraron sin tregua.
Yo también sucumbí por momentos,
y perdí el horizonte que guardaba,
se me fueron los dias, las tardes,
¡Cuanto sufrí cuando no estabas!
Pero el tiempo inmaterial de mi pasado,
se clavó como espada en mis entrañas,
me perdonó el olvido, los recuerdos,
y me trajo alegría, y me trajo ilusión,
y lo hizo entre linos y mares,
y lo hizo entre alambres de seda,
para que no dañaran mi ser y sus confines
Y así los sueños no se marchitaron,
y duermen recostados aún en la mañana.
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