Aun tengo el alma doliente,
fresca cada vivencia callada,
queriendo gritarla de nuevo,
allí al pie de aquella montaña.
Mas no puede ser, aprendo,
que todo llega, todo pasa,
que tengo la inmensa suerte,
de ser tan solo tu parada.
Queriendote amar sin limites,
el amor pone muros al alma,
no es lo que yo quiera dar,
sino dar tu libertad preciada.
Hoy tengo una lucha constante,
entre sollozar por tu ausencia,
o alegrarme cuando me regalas,
tu luz para que siga y no caiga.
Imploro a los dioses si existen,
me asistan si mi mente divaga,
cuando solo quiero centrarme,
en amarte en esta distancia larga.
No suplico amor, solo doy gracias,
por permitirme soñar que me amabas,
por traerme lo inesperado a mi final,
esencia de vida, amar sin pedir nada.
|