Cuantos seres se engrandecen
como dioses
vistiéndose de fastuosa vanidad
con el brillo de la arrogancia
instalado en sus miradas,
creyendo que sólo ellos merecen
los honores
que les son dados con sinceridad
pero que distorsionan absurdamente
hinchando su aturdida humanidad
y sus obtusas mentes
Menosprecian los diminutos destellos
porque no le dan luminosidad a su cielo..
Si, ven con el rabillo del ojo a esas almas
sencillas y desprendidas
porque sólo dan su energía en la entrega
que de alguna manera
buscan la sonrisa compartida,
pero esos seres que con complacencia aprecian
el titilar de una estrella,
son los que celebran en la sencillez
del sentir, los que sin razón aparente
les llena la esplendidez
del alba
que ilumina de repente
el crisol del alma
los que se detienen a aspirar una rosa
o sienten felicidad por el olor
de la piel de un bebé, sin saber porque
disfrutan de lo que no se ve
pero es una sensación gloriosa
que nos regala Dios
Cuantos seres por su arrogancia
se pierden de la fragancia
que les daría un soplo de humildad
que les haría percibir
el verdadero brillo de la existencia
cuando se vive en la sinceridad
que existe en el sentir
profundo del alma;
perdiéndose quizás
la oportunidad
de ser feliz
Porque en el universo
tan importante es
el simple verso del grillo
cuando va dejando
en la noche fría su concierto
como el trinar melodioso
del ave celebrando
en su vuelo armonioso
la llegada de la primavera
Porque la verdad es
que sólo Dios es Grandeza y brillo
sólo Él irradia la Luz verdadera
y es simplemente
amor infinito
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