Si tan sólo me vieras,
que feliz me harías.
Si tú lo quisieras...
¡Cuánto te amaría!
Amaría el momento
de poder tenerte,
te amaría muy lento
para retenerte.
Si te pudiera tener
aunque fuera un segundo,
te haría la mujer
más feliz del mundo.
Pero no me atrevo,
y no es que sea muy listo,
pero, no es nada nuevo,
que para ti no existo.
Por eso... De lejos te veo
y eso me conforma,
porque existe el deseo,
pero no la forma
de hacer que me vieras,
con ojos distintos,
de ver que liberas,
todos tus instintos.
Te veo de lejos,
sin poder tenerte,
todos mis reflejos
reaccionan al verte,
pero, para que inquietarte
si eres feliz,
aunque por instantes,
tu mirada es gris.
Te veo callada,
digamos... Sumisa,
se oye apagada,
tu tierna sonrisa.
¿Será que tu esposo,
sólo te domina
y que las noches de gozo
convirtió en rutina?
No lo sé, pero... Cómo comprobar
que te sientes plena,
que a la hora de amar,
tu cuerpo se llena.
Quisiera saber
si es que sufres de hastío
o si quisieras tener,
un amor como el mío.
Pero lo tienes a él,
por eso me alejo,
sentiré tu piel,
pero, así de lejos.
Sin incomodarte
o invadir tu vida
y con sólo pensarte
sanaré mi herida.
Si vuelvo a encontrarte,
me verás sonriente,
no vas a enterarte
que muero por verte
y si tu mirada esquivo,
no será por cobarde
será, porque estoy vivo
y tu indiferencia... ¡Arde!
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