( m a d r i g a l )
Macabra soledad, qué cruel hastío,
vivir sin el abrigo de tus besos,
están mis ojos y mis manos presos
y mi corazón muriéndose de frío.
Sí, preso estaré ya en la noche oscura,
en esta soledad... tardíamente,
el alma siente lo que está en la frente
y mi alma desde adentro te procura.
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