ME ATAN TUS MANOS (II)
Julio Serrano Castillejos
Si, me atan tus manos
cuando se adormecen tus ojos tristes.
El roce de tus labios también me ata,
cuando nos besamos.
Me ciñen tus angustias
y así mismo mi pasión tardía.
El sólo pensar que ayer fuiste mía
y hoy miro tus ocasos.
Y me ata saber, fugaz,
lo que siempre fuiste en mis dolores,
La pasión de tenerte así uncida
y el nuevo atardecer
que de ilusión me mata.
Dame bendita mujer
en el jardín de tu entraña florecida
las sentinas de tu alma
para beberme la fragancia de tu vida.
Retenme con el cedazo que porfía,
con el pomo de tus besos átame
y también con el esquivo
amanecer… de tu melancolía.
ME ATAN TUS MANOS ( I )
Me atan tus manos,
cuando se adormecen tus ojos tristes.
El roce de tus labios también me ata
cuando nos miramos.
Me atan tus angustias
y así mismo los tiestos de mi pasión tardía,
el sólo pensar que fuiste mía
y también la luz de tus ocasos.
Me ata saber hoy
lo que siempre fuiste en mis dolores,
la ilusión de tenerte así atada
y el nuevo amanecer que de pasión nos mata.
Detenme entonces bendita mujer,
en el jardín de tu entraña florecida,
pon fondo a las sentinas de tu alma
para beberme la fragancia de tu vida.
Átame con pasión, con fuerza impía,
con el pomo de tus besos átame
y también con el albo
amanecer de tu melancolía…
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