Me considero humo,
carne de gusanos, putrefacta,
pompa de jabón desvanecida;
transparente al ojo transeúnte,
visible en la mirada del verdugo.
Mi yo encuentra su descanso en la nada
Los cachorros chillan al vacío;
grillos enjaulados en los huesos,
huye el canto silencioso de mi voz.
La verdad se entristece
de nada sirve hablar,
de nada sirve callarse.
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