Se que volverás a comer solo,
probando la comida fría,
a caminar sin rumbo
teniendo tu mano vacía.

Se que verás correr tu vida
lentamente como tu querías,
volviendo a esa soledad
que tenias antes recogida.

No habrá para ti noche o día
ni sol cálido en las noches frías,
solo se que los recuerdos desolados,
serán voces lejanas con gritos callados.

Se que un día llegarás tarde a casa
y me recordarás cuando te reñía;
aunque después acabáramos
platicando entre risas y armonía.

Se que reflejarás un retiro a voluntad
mutismo fiel de otras alegrías,
se que seguirás en la cárcel de la soledad
que coexistirá como tu eterna compañía.

Se que encontrarás algunos objetos
esos que use aquellos lejanos días,
que evocarás la presencia de tu María
y se, que volverás a estar solo
esperando que te llame como aquel día.

Maria*