Muero en mi soledad de pesimismo.
¿Mi ser? Un fuego fatuo y repelente,
un ángel sin razón y de repente
un asceta caído en el abismo.
Mitigo mi dolor conmigo mismo
con el agua que brota ambivalente,
mi alma navega sola, indiferente,
en la letra mendaz de mi lirismo.
Muerta la fe, con la esperanza rota,
la caridad por meta salvadora,
de la psique sacudo el misticismo
y salgo estoicamente de mi sismo
como lira fugaz y cantadora
volviendo a ser así... un espejismo.
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