Cuando yo me encuentro triste
me voy a la orilla del mar,
y contemplo el horizonte
¡Allí empiezo a soñar!
En cuando cierro los ojos,
y que lejos me trasladan,
me siento triste y alegre,
“Pues soñar no cuesta nada”
¡Pero que poco me dura,
con esa paz, que té llena!
hacer feliz a tu alma,
y por eso yo repito,
que soñar, no cuesta nada.
Los sueños son los que llenan
hacer tu alma vibrar,
y te hace olvidar las penas
¡Es más bonito soñar!
|