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OCASO

Años ha que alguien santo me dijo
Que la ruta torcida no es la buena
Y me mostró vehemente un Crucifijo
Aconsejando que a su sombra me arropara.

Aquella Santa Mujer, era mi madre
Que ya disfruta de la Paz del Nazareno,
Mas entendí como lo hiciera un bagre
Y preferí arrastrarme por el cieno.

Me revolqué en el vicio y los placeres
Sin detenerme a pensar en lo que hacia
Solo instrumentos veía en las mujeres
Olvidando era mujer aquella santa mía.

Se fue una vida que creí era eterna
Negándome lo humano de mi suerte;
Pero El Señor que todo lo gobierna
Me dio la vida; hoy me da la muerte.

Pero a pesar de la negrura inmensa
Allá a lo lejos; muy lejos, veo una luz,
Es mi esperanza y aun sin merecerla
Al fin me he cobijado con la Cruz.

Llegué a la viña hacia la media tarde
No merezco el jornal y lo comprendo,
Mas confiado en Su Amor, Llama que Arde
Dócil me doy y a su bondad me atengo.

7 de Octubre de 1979


JORGE VILLEGAS Y DAVILA

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Publicado el: 20-10-2005
Última modificación: 00-00-0000


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