En tus manos sostienes arco iris,
cobijas centenares de soles,
acomodas la luz en las sombras;
enfrascando la gratitud ajena.
Alzas tu mirada a lo hermoso,
encontrando el espejo de tu alma.
Se encarnó en ti el romanticismo traspapelado,
siendo hoy el amante de las musas
esculpiendo sonetos.
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