Es hora de soñar en esta vida
y olvidar tanto dolor latente
que llevamos todos igualmente,
y matan esperanzas que vacilan.
Ante las inclemencias que castigan
nuestro bello planeta saturado
de huracanes, sismos, que han dejado
muertes y destrucción en carne viva.
Es hora de soñar que todo pase
que nuestras voces a Dios se alcen
y le imploremos piedad y paz.
Es hora que acabe el terrorismo
la guerra, el odio, el ateismo,
y estoy segura ¡que Dios escuchará!
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