En la otra orilla,
a pocas horas del oeste,
los sentimientos cantan,
entre rosas y vino.
Aún más allá de la otra orilla,
se enredan los amores,
aquellos que se fueron
en busca de un otoño menos gris.
Se marcharon sin entender
los muchos matices del ocaso,
que marca injustos rumbos.
En la otra orilla,
aquella de mis mejores sueños,
aún espero tu regreso.
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