Llorar, morir, huir por falsa puerta,
es fuga del cobarde, es la salida
del hombre que se aparta de la vida
rumiando la ilusión falaz y muerta.
¿Será dejar la ruta más torcida
en esta contumaz, vida desierta,
para encontrar la fuga siempre abierta
sin lastimar del alma la partida?
La ruleta ideal que nos da la vida
es fe, calor, pasión y dúctil suerte
en este transitar hacia la muerte,
es mano sabia, todo lo transmuta,
pues bebemos de nuestra propia herida
las heces del placer y la cicuta.
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