Desfallecida ella miraba,
con palabras sin pronunciar,
escondiendo entre su velo,
las lágrimas de su llorar.
Triste era el sueño que moría,
en su amargo despertar,
como estrellas que se apagan,
cuando el sol vuelve a brillar.
Pensamiento, que era dolor,
tinieblas, en la oscuridad,
¡Cuanto misterio! escondía,
en su callada soledad.
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