Nace de un profundo cielo,
el alma de un poeta,
que llena la tristeza oscura,
de brillantes estrellas.
Como un ángel bueno y eterno,
que borda hasta en las piedras,
hermosos sentimientos,
y entre palabras bellas,
¡Sueños!
Dile al viento
dile a la montaña
dile al cielo
dile a Dios
dile al mundo
¡Que le quiero!
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