La paz siempre cobra precio,
queramos o no aceptarlo,
acaso son gratuitos,
los cuerpos que la victoria,
dejó atrás sangrando?
Que hay del precio que paga,
quién con su alma vaga,
por los riscos y cascajos,
sol que un dia le alumbró,
en hielo le dejó atrapado.
¡ay de la apariencia
que deslumbra!
¡ay del rayo no buscado,
iluminando a su paso,
su estruendo ensordeciendo,
y su fuego le ha quemado.
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